BUSCANDO LA IM-PECABILIDAD
Sin pecado, sin
defecto, sin imperfección…
El poder de la
palabra, aquel que hace ver y entender lo que somos, lo que expresamos, lo que
sentimos.
Aquel que es capaz de
sanar o de provocar dolor.
Comprender su poder
nos hará salvadores o verdugos
Comprender su poder
nos hará libres o esclavos
Es cuestión de
elección
Es cuestión de
Buscar la
impecabilidad
Im-pecabilidad
En nuestras palabras
a la hora de tratarnos a nosotros mismos
A los demás
Im-pecabilidad
En nuestros gestos y
pensamientos
Impecabilidad…
Impecable para transformar la rabia en amabilidad, la negatividad
en gestos positivos. Impecable para optar por el buen humor, la alegría y la
serenidad.
Impecable para ser capaz de aceptar las opiniones ajenas sin
juicio. Impecable para no juzgarte.
Impecable para que en medio de la tormenta sepas mantener la
calma.
Impecable, para decidir tomar el control de tu vida convirtiendo
esta palabra en tu realidad cotidiana.
Impecable; sin mancha, sin defecto, sin imperfección.
1 comentario:
Todo es cuestión de elección en esta vida. Lo expresas muy bien, Lola.
Lo mismo que reconocer el poder de la palabra. Propia y ajena. Propia para dirigirla tal y como señalas, impecable. Ajena, para que, sea ésta la que sea, no nos afecte.
La impecabilidad que supone todo lo positivo, serenidad, alegría, calma, aceptación, falta de juicio, es la esencia de la vida. Su ausencia “crea” el mundo.
Un gran abrazo.
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