Si alguna vez habéis
asistido a un concierto y os habéis deleitado con la armonía de los acordes que
sonaban, entenderéis muy bien lo que hoy vengo a contaros.
En una orquesta todos los instrumentos son
importantes, todos tienen su peculiaridad que los hace especiales al oído
cuando vibran en soledad pero que aún
se crecen y se vuelven más especiales cuando suenan en conjunto con el resto creando una bella melodía capaz de traspasar los poros de la piel.
Pues bien, en las
relaciones humanas ocurre algo muy parecido. Todos tenemos cualidades
especiales que nos hacen únicos y diferentes al resto y cuando nos unimos a
personas que entonan los mismos acordes de una sinfonía que llamamos vida, esta
cobra un sentido muy especial para los que la protagonizan.
La vida, el destino,
Dios…me da igual como se le nombre, juega un papel muy importante en este
concierto. Porque busca las maneras, las oportunidades, las excusas mas
dispares para hacer que se conforme una orquesta que hará sonar las más bellas
melodías.
Cuando personas en
apariencia, distintas, se unen formando un grupo en el que sin saber cómo van
encajando unas con otras conformando una red.
Cuando sientes que con esa unión se está
creando algo que va más allá de la mera distracción. Y apuestas y ganas…
Sientes que la vida te
está regalando unas notas con las que interpretar la más bella melodía jamás
escrita.
Hay notas dulces,
tranquilas. Notas altas, a veces pueden ser perforantes, fuertes o tristes. Las
hay solitarias, brillantes, elocuentes, dominantes o sensibles. Y aún así el
pulso no deja de ser rítmico.
Un grupo que se une
para apoyar, para compartir y discutir.
Un grupo que permite
SER sin más…
Un grupo donde todos
enseñan y todos aprenden
Un grupo dónde están
permitidos los silencios
Donde si en algún
momento hay una nota desafinada, el resto pone más esmero en que el conjunto
suene armónico por unos momentos, por unos minutos o por unas horas.
Un grupo donde la
intensidad de los momentos que se comparten resta valor al tiempo
porque están tan
llenos de sentido, que es imposible describirlos
Cuando uno tiene la
suerte de encontrar una orquesta donde compartir una bella melodía siente
que
todo es posible en su mundo…