Cómo puedo mantener
intacto en la memoria un momento mágico o extraordinario sin que la mente o la
imaginación quieran participar en él convirtiéndolo en otra cosa distinta a la
vivida.
Cómo retener la
experiencia para que no se pierda entre los laberínticos recuerdos
distorsionados.
Me quedo quieta, muy
quieta respirando tan profundamente como mi capacidad pulmonar me permite e
intento retener con el aire inhalado la imagen virgen del instante.
Suelto el aire tan
despacio como puedo, tan en silencio como puedo a sabiendas de que este se
acaba de convertir en pasado.
Y me despido con una
reverencia de gratitud y una extraña pena en el corazón.
Porque hay momentos
irrepetibles, hay momentos que se quedan incrustados en la leyenda de nuestra
piel dando forma a lo somos a lo que sentimos a lo que damos…
Son esos momentos que
la memoria es incapaz de reproducir por mucho empeño que pongamos en el
recuerdo.
Son esos momentos de
los que solo te queda un sentimiento y de los que por mucho que intentes
evocarlos nunca, nunca se repetirán. Te parece que al intentar recordarlos los
vivencies de nuevo…pero no, quedaron en esa exhalación lenta y consciente del
momento vivido, ese que sólo es capaz de emular el sutil latido del corazón.
4 comentarios:
Hola Lola, un excelente texto donde los recuerdos y la memoria no siempre resultan con la misma intensidad con que sucedieron, pero a pesar de ello, prefiero recordarlos para sentirme que sigo viva.
Gracias por tu visita, me he alegrado de verte en mi casa.
Un gran abrazo.
Lola, cuando algo nos toca el corazón, queda impreso en el alma como algo sagrado y nunca lo olvidamos...Es cierto, que con el tiempo se distorsiona, pero queda la esencia de ese momento acunándonos siempre. Bendita memoria, que nos permite recordar lo bueno y esperar siempre lo mejor, gracias a la experiencia y a la fé.
Mi gratitud y mi abrazo inmenso por tu profundidad, amiga.
M.Jesús
Bellas palabras para definir instantes de vida. Irrepetibles todos ellos, sí, en sí mismos. Pero se siguen viviendo otros parecidos. De mayor o menor intensidad creo que es irrelevante. La esencia está en el instante. Lo único real.
Despedir con gratitud... ¡Dulce!
Un gran abrazo amiga.
Un fuerte abrazo Lola.
Que tengas un buen fin de semana.
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