Esas mismas que un día cansadas de que huyas de ellas se te
presentan vestidas de negro reclamando su parte de protagonismo. Esas mismas
que ya no puedes esquivar más porque te postran ante ellas para que calles,
escuches y entiendas.
Que aquí no hay vuelta atrás
porque llegó el tiempo de mirar de frente
No hay vuelta atrás porque ante ti tienes el espejo de la
verdad no expresada
Aquella que escondías bajo losas de indiferencia castrando
cualquier atisbo de seguridad.
Y he aquí que en la soledad del lienzo en blanco debes
comenzar a trazar las líneas nuevas.
Ya no hay prisas ni evaluaciones. Por un instante el tiempo
se detuvo para ti. Tu cuerpo, tu voz, tus fuerzas…bajaron el ritmo en un último
intento de ayudar a clarificar el porque de esa angustia que frena todo intento
de acción…
Y ahora dime… ¿qué sientes?
Qué sientes cuando te reconoces en la escena, cuando desde
la distancia que te permite el atisbo de un nuevo horizonte vislumbras una
nueva realidad, esa que también te pertenece por derecho.
No hay nada como la calma de un instante casi onírico para
intuir la profundidad de un sentimiento.
Nada como el sentimiento de abandono total que antecede al
paso firme y asumido de un despertar latente, de un aceptar que la vida, tu
vida, sucede estés o no presente.
6 comentarios:
Muy lírico y ademas de nostálgico y realista con una narración poética realmente bella
Besos
André
Es cierto, que la vida nos deja cada día señales y presagios, que debemos entender...Nuestro corazón se aferra a sus apegos, a sus costumbres de vida, mientras la mente vislumbra con claridad objetiva, que debemos cambiar y seguir adelante con valentía y optimismo...La vida llega y hay cosas que no podemos cambiar,sino aceptar con serenidad...Otras cosas, quizá si podemos cambiarlas...Por tanto, debemos tener sabiduría para discernir lo uno y lo otro...
Mi gratitud y mi abrazo grande, Lola. Feliz semana, amiga.
M.Jesús
Determinas muy bien el momento actual de la persona. Actual y de ayer, y sin duda del mañana. Y sin embargo no para todos es igual.
El despertar a lo que es. El florecer interior se está dando constantemente, como bien dices, pero la esquiva y la ignorancia, el no saber, consustancial con el hombre como lo son los dedos de sus manos y pies, hace que no todos lo logren... ¡hoy!.
Hoy, como ayer. Pues la meta establecida marca que todos lo alcanzaremos. En vagones de primera, segunda o tercera, todos llegaremos a la misma estación. Esa en la que, estés o no presente, la vida sucede.
Bonita manera, Lola, de señalar la vida.
Un gran abrazo mi buena miga.
Precioso blog..., acabo de conocerlo y me ha gustado mucho, así que con tu permiso me quedo.
Un abrazo y feliz semana.
Lola Su espacio es hermoso Saludos
Totalmente de acuerdo, debemos aprender a parar, a detenernos en el instante, sin etiquetarlo y a veces percibiremos la vacuidad. Probaremos las mieles del desapego y entonces lo pequeños nos parecerá grandioso
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