Ayer me encontré con
una amiga de la infancia, hacía casi 20 años que no nos veíamos. Nos fuimos a
tomar un te y a ponernos al día de cuanto había ocurrido en nuestras vidas en
estos años.
Es curioso como
aparecen y desaparecen las personas en nuestro caminar…
En un momento dado,
nuestros mundos tomaron rumbos distintos y perdimos el contacto, lo fuimos
relegando a una simple llamada de teléfono por Navidad y poco más.
Me encantan estos
guiños del destino juguetón.
Porque es curioso que
justo aquello que no compartíamos y que
nos fue distanciando, sea precisamente lo que nos vuelva a unir.
Cuando me despedí de
ella, la miré larga y fijamente y un escalofrío me recorrió el cuerpo…
Sentí una emoción
indescriptible, no ya por el feliz re-encuentro, que también, era algo más
etéreo.
No se si seré capaz
de describirlo.
Era como verla por
primera vez pero también era como si reconociera la antigüedad de su ser.
Y eso me confirmó,
que la esencia de las personas no cambia tanto, o no cambia nada con el paso
del tiempo. En el fondo de sus ojos descubrí que seguía siendo aquella
personita avispada y dulce a pesar de todo el bagaje de su vida.
Nuestra esencia se
mantiene intacta a pesar de que el péndulo de nuestras emociones se mueva
imparable.
Y es así, que empiezo
a mirar a las personas que me rodean con otros ojos.
Y es así, que no me
basta con mirar con los ojos físicos, aquellos que desvirtúan una realidad que
aún siéndome familiar siento que no es exacta.
Miro hacia atrás en
el tiempo y busco en mi interior aquello que soy, aquello que mantengo.
Me reconozco y abrazo
la esencia de lo que fui, de lo que soy.
La miro y hallo más,
mucho más de lo que veo.
10 comentarios:
Lola, muy interesante tu entrada amiga...Aquello, que nos une en un principio permanece inalterable en el tiempo...El sentimiento de unidad, de fraternidad y amor es sempiterno y cuando nos une a alguien, siempre lo reconocemos al encontrarnos de nuevo...A mi me pasa lo mismo con mis compañeros de instituto o de universidad, aunque pase el tiempo,no importa nos seguimos valorando y apreciando.
Mi felicitación y mi abrazo inmenso por tus profundos y bellos posts.
M.Jesús
Somo esencia, pero solo miramos lo superficial, cuando miramos a través de nuestro Ser entonces nos reconocemos, ya que somos uno con todo.Un Fuerte ABRAZO
Entrañable reencuentro Lola... Que por otro lado es el día a día en la vida de cada uno. Pues en esencia, en esencia, nada cambia!
Pero es verdad que saberlo puede llevar toda una vida.
Un placer leer la realidad.
Un gran abrazo amiga mía.
Una entrada muy especial, es cierto que el cuerpo se va deteriorando con el paso del tiempo, pero el alma permanece igual, y aunque pasen los años, en un reencuentro así, buscamos no solo el presente que nos ha vuelto a unir, sino también aquel pasado que nos llenó de cosas bellas, y los años no han podido destruir.
Un abrazo con alas de luz.
Creo que la esencia no cambia, pero se expande, así como la consciencia crece y la divinidad se afianza en el corazón de cada ser.
Un placer volver a leer estas letras Lola. Y encontrarte en ellas...
Un gran abrazo amiga.
Siempre un placer encontrarse en este remanso de paz y conocimiento que es tu espacio.
Volver a leerte...
Un gran abrazo Lola.
Hola Lola, no sabes como te entiendo. Es verdad que con ciertas personas ni que haya pasado mucho tiempo si tener contacto. Cuando nos volvemos a encontrar, si miramos con los ojos del alma siempre descubrimos su verdadera esencia.
Un cálido abrazo.
“Miro hacia atrás en el tiempo y busco en mi interior aquello que soy, aquello que mantengo. Me reconozco y abrazo la esencia de lo que fui, de lo que soy. La miro y hallo más, mucho más de lo que veo”.
Tu comentario, amiga mía, me ha hecho releer estas tus palabras, se complementan perfectamente. O lo que es lo mismo, señalan un solo punto..., “mucho más de lo que veo”. La esencia que somos.
Un gran abrazo Lola.
Te deseo, Lola, unas Felices Fiestas en compañía de familiares y amigos. Y que el año que entra sea "ese" tan especial...
Un gran abrazo amiga mía.
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