POLARIDAD Y RITMO

La ley de la polaridad es aquella que mantiene al universo en equilibrio. Buda lo llamó el Ying y el Yang, y enseñó que la felicidad es posible siempre que escojamos caminar por la senda de en medio.
Todo tiene dos lados, su opuesto. El mundo está dividido en dos corrientes, las creencias de oriente y las de occidente.
Nuestro subconsciente sabe y conoce de esta ley aunque aquí en occidente, comulguemos con la creencia de la única dirección. Pero nuestras reacciones involuntarias nos anuncian que esta ley es real.
Si intentas saltar hacia arriba, tu cuerpo cae hacia abajo.
Si ríes intensamente, acabarás llorando. .
Empezamos a investigar el espacio exterior, y nuestro espíritu nos dicta que busquemos en nuestro interior.
Vemos que del amor al odio no hay más que un paso.
La alegría la conocemos porque sabemos de la tristeza.
Y la enfermedad nos molesta porque conocemos la salud.
 En la vida, debemos oscilar de un lado a otro, con ritmo. No podemos quedarnos solo en un extremo porque sino, seremos lanzados hacia el lado contrario de manera violenta. Debemos aprender que la vida son contrastes. Conocemos la luz porque antes vimos la oscuridad.
Es por esto mismo que todas nuestras vivencias son valiosas. Lo bueno y lo malo, nos aportan sabiduría.
Se sabe que todo en el Universo está sometido a ciclos. Todo tiene su avance y su retroceso. El ritmo es la compensación. El día, la noche; las estaciones; las mareas…y por supuesto, el ser humano que forma parte de este universo.
Vayamos un poco mas lejos de lo aparente y veamos que ahora a nivel humano estamos protagonizando el movimiento, el ritmo…vamos hacia un nuevo despertar.
Salimos de la noche, para encontrarnos con la luz. Y es en esta creencia donde debemos apoyarnos para utilizar el poder de nuestro pensamiento y nutrirlo.
Aprendiendo esto, tendremos en nuestras manos una importante herramienta para colocarnos siempre en el camino medio.
Cuando la vida nos depare algo desagradable, intentemos agregarle algo de alegría. Cuando estemos excesivamente eufóricos, aprendamos a serenarnos. Busquemos el término medio a todas las cosas que nos suceden porque toda verdad tiene algo de mentira y toda fealdad algo de belleza. Todo es relativo. Incluso las palabras que hoy escribo.

¡¡¡Un abrazo con todo mi cariño y feliz semana a todos!!!